Discutir sobre arte es un tema complejo. Por eso quisiera comenzar definiendo algunos conceptos y volviendo atrás en el tiempo para pensarlo mejor. Creo que existen muchas ideas, supuestos y actitudes que se han incrustado en el campo del arte moderno sin mucha reflexión.

¿Podemos pensar cualquier cosa como arte? ¿Puede ser todo pensado como algo artístico? Permítanme contarles cómo hemos llegado a las nuevas nociones de arte contemporáneo.

El arte medieval mostraba la belleza representando las escenas religiosas. En esta época las pinturas tenían la intención de evangelizar, exaltar la religión y la iglesia tenía el poder de imponer su voluntad sobre los artistas y la comunidad. Pero desde el renacimiento, el hombre comienza a confiar cada vez más en la razón y busca respuestas fuera de la iglesia. Entonces con el iluminismo se concibe la idea de imitar la belleza natural.

El arte se vuelve la representación de la realidad, de la belleza natural. Trata de imitarla y plasmarla en un soporte. Se representa el mundo natural para nuestra contemplación. Esta concepción fue muy aceptada pero con los años generó un problema. Al reflexionar, los artistas se preguntaron ¿Qué es lo que imitamos? ¿La realidad tal cual es? ¿o una realidad idealizada propia de la interpretación individual? ¿Pintamos las cosas tal como son o cómo realmente la imaginamos? ¿Desde que punto de vista podemos definir la realidad tan vasta e infinita? ¿Desde la percepción del artista? Y si el artista percibe la realidad con sus sentidos, el arte abstracto quedaría excluido de esta percepción.

Cuando este problema se fue haciendo cada vez más visible, el arte comenzó a buscar otras formas y desplazó el interés al polo opuesto invirtiendo la idea. El arte no puede ser mimético porque es siempre la mirada subjetiva del artista. Entonces se dió el salto hacia el arte como expresión sensible del artista. El artista mira la realidad, se inspira y transporta esas emociones expresándolas en un lienzo. Se transportan las emociones del sujeto al objeto artístico.
A partir del siglo XIX con la llegada del romanticismo el concepto clásico de belleza (objetiva, medible, cuantitativa) se volvió cada vez más subjetiva (relativa, irracional, particular). El arte busca la producción de belleza. Con este postulado tampoco se resuelve el problema ya que no hay consenso sobre qué es la belleza. Se puede juzgar a las obras por su belleza pero de nuevo deberíamos definir desde que punto de vista.

Las vanguardias de principios del siglo XX pretendían darle al arte un fin político. Sus impulsores pensaban que el arte era muy elitista y se rebelaron contra las instituciones que la separaban de la vida cotidiana. Peleaban por un arte que despierte a todas las clases sociales, que sea experimentada por todos. Esta concepción del arte proponía un artista revolucionario y un arte provocativo y transgresor que buscaba siempre romper las reglas. Se trataba de un arte de denuncia. Denuncia hacia las instituciones para generar conciencia social.

Acercar el arte a la vida de las personas se volvió también el acto de dotar a la vida con un sentido creativo y comenzó así un proceso donde se disuelven de a poco los límites entre lo artístico y lo cotidiano. De a poco se fue cambiando la forma de relacionarnos con la realidad de manera que generamos un sentido emocional buscando ser artísticos en todo momento y en todos los objetos que nos rodean.

Este proceso llega hasta nuestros días cambiando el modo en que percibimos nuestras vidas. A través de los años el arte se acerca cada vez más a lo cotidiano, pero habilitando la posibilidad de que todos sean artistas en todo momento y tratando de vender lo que consideran su propio arte.

Ahora bien el problema mayor es ponernos muy relativos sobre las cosas. Buscamos experiencias estéticas en todos lados y perdemos los rasgos propios de lo estético. No podemos considerar a todo como obra de arte. La publicidad de un jabón no es lo mismo que un cuadro de Velázquez o Picasso.

Con las nuevas tecnologías el sentido estético estalla en nuestras vidas. Las sociedades se caracterizan por hacer de la estética el valor más determinante. Lo estético es lo que se busca en cualquier experiencia. La distinción entre forma y contenido se difumina. O sea que la imagen de una cosa se convierte cada vez más en lo real sin ningún obstáculo.

El arte contemporáneo.

Los inicios del arte contemporáneo se pueden hallar en los impresionistas. A finales del siglo XIX, este grupo de artistas se reveló contra las exigencias de la escuela de Bellas Artes de París la que demandaba el estudio de las normas clásicas del arte, la belleza y la estética. Ellos comenzaron a instalar la idea del relativismo estético, donde la belleza está en los ojos del espectador. Monet, Degas y Renoir fueron los impulsores del nuevo movimiento. Pero con cada generación de nuevos artistas se fueron perdiendo estos estándares de belleza y el arte fue reducido a la expresión personal del artista.

En las últimas décadas se hace cada vez más visible en museos de todo el mundo obras muy poco elaboradas y carentes de sentido. El campo artístico llevó la idea de que todo puede ser arte y de que cualquiera puede hacer arte hasta el extremo. El slogan “todos somos artistas” terminó eliminando al arte mismo. Cuando todo es arte, nada es arte, y cuando todos somos artistas, nadie es artista porque no podemos distinguirnos.

Sus trabajos suelen llamarse arte conceptual ya que lo único que les da sentido es el argumento con el cual el artista explica lo que quiso lograr. Pero luego del olvido o el desencanto de esos conceptos se pierde todo valor artístico. Con este concepto muy simple se fuerza a los objetos a cambiar su naturaleza exigiendo una compresión del objeto que en realidad no contiene. El objeto es lo que es y nada más. Esto ya fue probado y experimentado por el movimiento Dadaísta creado en 1916 que se revelaba y se burlaba del arte burgués del momento.

En general, los artistas niegan estas críticas y se escudan en que el público no las entiende. Como explica Avelina Lesper su estrategia común es: Si no le gusta a la gente es culpa de la gente que no entiende. El problema reside en confundir creer con entender. El artista solo se vale del concepto entonces pide que se crea que eso es arte y si no cree es porque no lo entienden. Esta es una postura muy favorable para el artista porque margina al público, y le quita al artista toda responsabilidad posterior sobre su trabajo. Entonces nunca se equivoca, es intocable, y la sensibilidad e inteligencia del público si se puede cuestionar, difamar o discutir.

Existe en la comunidad artística, directores de museos, críticos, curadores que fomentan y ayudan económicamente la producción de este tipo de arte. Ellos defienden un graffiti muy simple como una genialidad o aceptan una obra escatológica como válida aunque sea de muy mal gusto.

Esta idealización del artista que designa lo que quiere como un dictador del arte puede llegar al extremo de la crueldad o el absurdo. Como Guillermo Vargas Habacuc, un artista en Nicaragua que presentó en un museo y dejó morir a un perro enfermo amarrado con un alambre. Además la lógica es muy elemental. Al querer mostrar la muerte de un animal, se muestra tal cual solo para escandalizar y llamar la atención.

Otra cosa que se pide y exige en estas muestras es que el público imagine la obra. Se nos impone lo que debemos imaginar. La gente mira una pared vacía y se supone que debe imaginar toda la obra. Hay ejemplos concretos donde el público mira unos lentes que alguien olvidó en un banco y creen que eso es arte. Una piña olvidada en otro museo acaba siendo tapada con vidrios para que nadie la toque porque creen que es parte de la muestra. Una puesta en escena que representa cómo queda un lugar al final de una fiesta fue barrida y limpiada por una empleada del museo que la confundió con basura real.

A esto podemos agregarle otro condimento: el mal gusto. ¿Porqué los artistas pretenden llamar la atención y provocar con objetos kitsch y desechables? Los usan para “sorprender” de forma pasajera, caprichosa y vulgar. Existe también la idea de democratizar, darle el lugar a ser artistas a todos y no “prohibirlos” solo porque sí. Dejar a cualquier persona no preparada hacer arte solo por un “derecho a crear”. Estos artistas desprecian el trabajo duro y el camino arduo y penoso hacia el éxito.

Sus obras acaban siendo una resignificación forjada de objetos cotidianos sin abstracción ni representación alguna. Además el curador de la muestra suaviza todos los errores, falacias y contradicciones para no ponerlas en evidencia. Pero al salir del museo, estas obras vuelven a verse con su condición natural. Según los artistas contemporáneos las obras también pueden estar inconclusas porque “abren otras posibilidades, al juego, a la interacción, etc”

La reflexión es más importante que la contemplación. El artista se escuda en la reflexión de parte del público como si fuera un entretenimiento al que hay que entrar porque la obra no provoca nada. Debemos reflexionar para condimentar la obra con nuestro pensamiento, darle ese valor intelectual y elevar su status. Esto demuestra que el artista no piensa mucho sus obras sino que designa algo como arte y luego algún teórico lo justifica, y lo muestra dentro de un museo. El accionar de los museos funciona cómo las iglesias. Es incuestionable y todo lo que este contenga es verdadero solo porque sí.

Debemos buscar algún estándar de calidad y talento objetivo y real para poder discernir las cosas que tienen valor artístico de cualquier otra cosa.  La idea de una norma universal de calidad en el arte, es rechazada fuertemente sobre la base de que el arte no puede ser objetivamente medible. Pero sin estos estándares estéticos no existe forma de determinar la superioridad o inferioridad de las obras de arte, los artistas de quienes no lo son, y los objetos comunes de los objetos artísticos. En el arte contemporáneo se cambió el enfoque hacia lo nuevo, lo diferente y lo feo. Algo simple, tonto, sin sentido, y hasta ofensivo se puede convertir en arte.

Para más información sobre el tema:

http://revistareplicante.com/reflexiones-sobre-arte-contemporaneo/

http://www.avelinalesper.com/2010/06/usted-es-un-artista.html

https://www.elespectador.com/noticias/actualidad/visitantes-de-un-museo-confundieron-unas-gafas-una-obra-articulo-634484

http://noticieros.televisa.com/historia/internacional/2017-05-09/olvidan-pina-museo-confunden-obra-arte/

https://www.clarin.com/cultura/arte_contemporaneo-bolzano-obras_tiradas_0_rJH1b-FDQg.html